Relevancia de las líneas éticas

El impacto del fraude sobre las organizaciones

El fraude se puede dividir en dos grandes categorías: crimen organizado y fraude ocupacional. En tanto que el primero incluye maniobras como la sustracción de identidad, el contrabando y la extorsión, el fraude ocupacional involucra maniobras tales como la apropiación indebida de activos, diversas modalidades de corrupción como el soborno, y las declaraciones fraudulentas entre las cuales podemos encontrar la evasión deliberada de impuestos.

Según estimaciones de la ACFE, Asociación de Examinadores de Fraude Certificados, con sede en Austin, Texas, Estados Unidos de América, el fraude ocupacional involucra aproximadamente el 5% de los ingresos BRUTOS de las organizaciones públicas y privadas a lo largo del mundo.

En tanto que el economista Moisés Naím estima que el crimen organizado maneja alrededor del 10% del Producto Bruto Interno global.

Llegado este punto, y para diferenciar crimen organizado y fraude ocupacional, diremos que hablamos de crimen organizado cuando existe un atacante externo que victimiza a multitud de organizaciones / personas, o cuando, habiendo una organización criminal, su organizador está fuera de la empresa.

Aun cuando pudiera haber cómplices entre el personal de la organización victimizada.

En sentido inverso, el fraude organizacional es dirigido por uno o varios colaboradores de la empresa, que en ocasiones cuentan con la complicidad de contrapartes de la organización, como por ejemplo, clientes o proveedores.

Vistas estas cifras, es evidente que el fraude es un flagelo del cual las organizaciones no pueden desentenderse.

Importancia de las líneas de denuncia o líneas éticas

Puede resultar sorprendente, pero más del 40% de los fraudes llegan a conocimiento de las organizaciones por vía de una denuncia, cuando existen los canales idóneos para hacerlo.

Las principales razones para esto son las siguientes:

1. Los fraudes fuera de libros. Eventos tales como el pago de sobornos, o la coacción para obtenerlos, no quedan registrados en la contabilidad. De modo que, a lo sumo, los auditores encontrarán transacciones “sospechosas”, como adjudicaciones directas y de urgencia que no se perciben como necesarias. Pero si las personas damnificadas encuentran un canal idóneo para dar a conocer lo sucedido, frecuentemente lo harán

2. El fenómeno del observador. Las personas, tanto las honestas como las deshonestas, mejoran su comportamiento cuando se saben observadas por una autoridad. Del mismo modo que la llegada de los docentes hace que los alumnos primarios o secundarios mejoren inmediatamente su comportamiento, sucede lo propio con los defraudadores. Pero, así como los alumnos se cuidan menos de la observación de sus compañeros que de los docentes, lo propio sucede en las organizaciones. De esta forma, colaboradores honestos pueden tener conocimiento de conductas que les resultan reprobables de sus compañeros y, sobre todo, jefes. Y, llegado cierto punto, las reportarán si disponen del medio idóneo para hacerlo. En el próximo artículo analizaremos que entendemos por “el medio idóneo”.

Con SHOGUN línea ética podrá mitigar el costo de fraude en su organización.

Autor: Guillermo Casal
Consultor y capacitador internacional en temas de prevención e investigación de fraudes y lavado de activos. Es Contador Público, Master en Economía y Administración, y reúne seis certificaciones internacionales, entre las cuales destaca la CFE, Examinador Certificado de Fraudes, la CIA – Auditor Interno Certificado, y la CISA – Auditor Certificado en Sistemas de Información.

Guillermo Casal
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Guillermo Casal   argentina

Profesional con 40 años de experiencia en el campo de la auditoría forense e interna.

Se graduó como Contador Público (UBA – Argentina) y es Master en Economía y Administración (ESEADE – Argentina). Posee, entre otras las certificaciones CFE, examinador de fraude certificado. CIA, auditor interno certificado y CISA – Auditor de tecnología de información certificado.

Estableció las prácticas de auditoría forense de IFPC – IGI, firma fundada y presidida por Stephen P . Walker - ex agente especial del FBI, y del Estudio Jurídico del Dr. Luis Moreno Ocampo, ex fiscal penal de la Corte Internacional de la Haya.

Ha conducido tres unidades de Auditoría Interna de grandes empresas en Argentina, y fue Director Ejecutivo de FLAI, Federación Latinoamericana de Auditores Internos. Presidió el Instituto de Auditores Internos de Argentina.

Ha actuado como consultor, investigador de fraudes y disertante en todos los países de Latinoamérica, Estados Unidos, España y Mozambique.

Cumplimiento normativo con SHOGUN línea ética

Directiva Europea de Protección al denunciante

ISO 37301: Sistema de Gestión de Cumplimiento

ISO 37001: Sistema de gestión antisoborno

ISO 37002: Sistema de Canal de denuncia

Reglamento General de Protección de Datos de la UE

Programa Corporativo Anti Fraude

COSO: Committee of Sponsoring Organizations of the Tradeway Commission

 

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