Este decálogo debería ser imprescindible para cualquier organización:
- 1. Política Antifraude (puede estar dentro del mismo código ético o bien en una política diferenciada para darle más relevancia).
- 2. Canal de denuncias, preferiblemente anónimo.
- 3. Protocolo de investigación.
- 4. Sistema disciplinario: Tolerancia CERO respecto a actos fraudulentos.
- 5. Difusión a empleados. Todo lo que no se explica no existe.
- 6. Auditorías sorpresa, focalizadas a la detección de Fraudes.
- 7. Establecimiento de Controles financieros y no financieros.
- 8. Monitoreo continuado. Cración de Alertas de riesgo y KFI (Key Fraud Indicator).
- 9. Formación continua. Los especialistas de fraude deben conocer no solo el funcionamiento interno de TODA la organización, sino todas las técnicas y novedades en esta materia.
- 10. Predicar con el ejemplo. La alta dirección a parte de liderar y apostar por el establecimiento de un sistema Antifraude dentro de la organización, DEBE PREDICAR CON EL EJEMPLO.